Bardos y poetas, el mismo Corellon,
de tí, Durandal, la memoria canten,
porque tus enemigos siempre espanten
al recordar el brillo de tu acero.
El Yermo, Graundel, Maltheas y Elveres
teatros son de tus heroicas gestas,
donde tuviste las armas siempre prestas
por servir a tu Dios y a tus deberes.
Déspotas del Yermo, sureños insurrectos,
orcos, diablos, Hijos de Ligenia,
probaron de tu brío sus efectos.
Proclamen pues, los cielos y la tierra,
los lances y los hechos circunspectos
de Asir de Durandal, ¡el rayo de la guerra!
miércoles, 8 de agosto de 2007
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