lunes, 28 de mayo de 2007

Son los gobernantes quienes deben temer al pueblo

En cada plaza de cada pueblo de Maltheas, se pudo escuchar el mismo discurso lleno de entrega y vitalidad, creyendo firmemente en lo que decían sus propias palabras:

- Hermanos, ¡atendedme un momento, por favor! Conozco vuestras preocupaciones e imagino que muchos sabréis ya el porqué estoy yo aquí y ahora.

Hizo una pausa para que las miradas se centraran en su rostro y continuó.

- Muchos recodareis todavía u os habrán contado el llamamiento del Gran Teogonista para realizar la cruzada que conquistaría Maltheas en nombre del Dios Sol. Hace unos años conseguimos ganar una batalla determinante a los Nassar y, con ella, esta guerra alcanzó su final consiguiendo que nuestros enemigos cayeran derrotados a nuestros pies.

Hubo algunos vítores de la multitud que se congregaba.

- Sin embargo, no solo no han sido expulsados de la isla sino que les han permitido adorar a su falso dios y, sobre todo, han aprobado la construcción de nuevas iglesias en honor a Kaaba.

Un silencio tenso se apoderó de la audiencia.

Nuestros líderes, aquellos que ganaron la guerra, los encargados de llevar a cabo esta cruzada, ahora actúan como si tuvieran miedo de ellos. Eso es totalmente inadmisible. Nosotros les demostraremos que no tenemos miedo. Nosotros completaremos esta misión sagrada, nosotros terminaremos la conquista que iniciaron, ¡nosotros no nos acobardaremos! Todos unidos conseguiremos completar la cruzada de Maltheas. Seremos nosotros: el pueblo, quienes les recordemos que Maltheas aún no ha sido conquistada. ¡Nosotros conseguiremos que todos los herejes que se encuentran en nuestra isla sean expulsados!

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